RUTA 13 . CURSO 4º.
PEÑA ORNIZ.
Fecha: 22-07-2017.
Componentes
de la expedición: Javier Sahagún, Mariví,
César Felipe, Elisa, Goyo, Queti, Miguel Ángel, Urbano y nuestra
inseparable Blacky.
Y se cumplió que a la tercera
va la vencida. Después de dos infructuosos intentos de poner los pies en peña
Orniz, esta vez lo conseguimos.
Al bordear el pantano de
Barrios de Luna, nos vienen a la mente
los dieciséis pueblos anegados por sus
aguas cuyos restos surgen del fondo como fantasmas empujados por la sequía que también podría afectar a las cosechas de las comarcas del Páramo y del Órbigo.
Nos dimos cita en San Emiliano
para tomar el café a las 8:15h. La Vuelta ciclista a León comenzaba ese día la
etapa aquí, pero apenas había movimiento, puede ser que este acontecimiento no
despierte el suficiente entusiasmo como para que la gente madrugue.
La jornada iba a dedicarse
entera a caminar por la montaña, estaba calculado que serían unos 15 km
subiendo y bajando aquellos promontorios. Añadimos algunos más de propina pues
una vez alcanzado el objetivo, la mayoría se desplazó hasta Torre Orniz. Los
programadores de la ruta fueron piadosos, nos habían amenazado con un desnivel
de 1200 metros que al final quedó en 850 metros.
La recomendación principal
fue llevar agua abundante porque en la ruta anterior de los Fontanes hubo quien
tuvo algún problemilla de deshidratación.
En Torrestío, cuando
comenzamos la subida, nuestro antiguo alumno Jaime Fuertes ya llevaba unas
horas trajinando con las vacas después
de haberse acostado muy tarde, como nos confesaría más tarde mientras disfrutamos
de su compañía tomando una cerveza. Cuando hay fuerzas y ganas, sobre todo lo
primero, se cometen estos pecadillos de juventud.
Hacia la mitad de la ruta
repusimos fuerzas mientras observábamos "Los Huertos del Diablo", ¿de dónde
vendrá este nombre?
Encontramos a Peña Orniz muy
concurrida, y en ella, al abrigo de los vientos, compartimos los bocadillos y
demás alimentos, mientras Antonio, un gran profesional de la montaña, nos fue
indicando dónde estaban Peña Ubiña,
el Morronegro , las Morteras, los Picos Albos. Valle de Lago, El Valle de Congosto, el Diente , Calabazos, Solarco, el Montihuero, la Laguna de las
Verdes y la más conocida para los que nos gusta el ciclismo, la Farrapona.
En la cima nos encontramos un
personaje singular, una escultura de acero inoxidable que dio lugar a múltiples
interpretaciones, unos opinaban que era un gato y otros el duende de la revista
“El Jueves”.
Por el mismo precio, y dado que Torre Orniz está a un tiro de
piedra, la gran mayoría se desplazó hasta allí.
Además de estas vistas
admirables, el camino está lleno de fósiles. Babia entero es un museo del
fósil, un almacén gigantesco de fósiles. A 2.000 metros pueden encontrarse
restos de conchas y corales petrificados. Solo hay que fijarse bien.
Tanto al subir como al bajar
nos vimos amonestados por una recua de mastines que estaban cuidando rebaños de
ovejas. Dicen que es un animal muy noble pero no quisiera en el pellejo de los
lobos.
Después de asearnos un poco
por encima en el río Torrestío, nos dispusimos a compartir una cerveza con
Jaime mientras él nos informaba de cómo disfrutaba en aquel lugar donde en invierno
sólo quedaban tres vecinos, de los problemas que tiene la ganadería, de manera
especial cuando algún ganado da positivo en tuberculosis. Aunque ganas no le
faltarían, se apiadó de nosotros y nos no nos examinó de la lección.
Aunque
sin ganas, tuvimos que dejar aquella amena charla y desandar el camino.
En León, a 27 de julio de
2017, cuando la próxima salida será una rogativa en busca del agua ya que si la
montaña no viene a Mahoma …
Urbano