El Tiempo en León

sábado, 25 de junio de 2016

Ruta 27. Curso 3º. Pico Catoute.



RUTA 27. CURSO 3º
PICO CATOUTE
Fecha: 25 -6-2016
Componentes de la expedición: Antonio, Mariví, Elisa, Goyo,Queti, Cesar Felipe, Miguel Angel, Nicol, Julio, Ordás y Urbano , ( Sentimos la falta de la revoltosa Blacky).


         Es uno de esos días que acompañan e incitan a dar una vuelta por la montaña, finaliza el curso y lo hacen también nuestras excursiones, como broche se ha elegido la subida al Catoute.
La primera intención fue hacerlo desde Fasgar en el Valle Gordo de las Omañas, ya se intentó en otra ocasión pero la abundancia de nieve hizo desistir.
La segunda y acertada intención fue desde el Bierzo que nos acogió con una frondosidad verde de helechos, arándanos, fresnos, avellanos que contrastaba con el amarillo de los piornos, el recorrido fue convenientemente acondicionado la noche anterior para que las escobas no molestasen a algún miembro de la cuadrilla.



         Comenzamos la excursión en Colinas del Campo de Martín Moro Toledano,  un pueblo que nos recibió engalanado y con música porque celebraba su fiesta  de San Juan, en la Plaza Mayor de este pueblo,  que es Monumento Histórico por parte de la Unesco, algunos miembros nos dieron una lección magistral del baile tradicional, lo que demuestra que no es necesario pertenecer a los Coros y Danzas de la Sección Femenina para sentir las canciones tradicionales.



         El primer tramo, hasta la falda del Catoute, era un camino fácil que discurrió paralelo al río Boeza  en animada charla y  alguna tomadura de pelo a quien en otra ocasión no acabó el recorrido por culpa de las molestas retamas de escoba.



         La última parte, hasta coronar la cima, no fue de especial dificultad. Nos cruzamos con varias personas que ya bajaban y otras, que venían desde Salentinos, coincidieron con nosotros en la cima.




         Después de descansar y reponer fuerzas, decidimos realizar la vuelta cresteando hasta la zona de La Rebeza y contemplando desde lo alto las ondas producidas por las truchas en las lagunas, algunos las confundieron con el baño del oso, cuando nos pareció oportuno, compartimos nuestros bocadillos, la mayoría de tortilla francesa o española con atún, chorizo y espárragos. En estas ocasiones se comparten olores sabores y experiencias, el que trae pan de barra suspira por el de hogaza y viceversa. Alguno, con las prisas, tuvo que comprar el bocadillo en el bar donde tomamos el café.




         Una vez que nuestro cuerpo recibiera su merecido volvimos a reemprender el descenso donde visitamos las Lagunas de La Rebeza  y la fuente del nacimiento del Boeza. Se habló con insistencia de la evaluación de los nuevos miembros del grupo. El buen ambiente que se respiraba inclinaba la balanza hacia una buena nota pero había gente con un comportamiento un tanto laso. ¿Serían merecedores del "progresa adecuadamente?¿deberían hacer un pemare ( palabra que utilizan los activos para deslumbrar a los jubilatas)?  La cuestión tampoco se aclaró cuando llegamos a Colinas y descansamos tomando una merecida cerveza. Los entendidos dicen que las respuesta está en el viento.

         De vuelta a León, nos paramos en Igüeña, pueblo minero al lado del Boeza de un aspecto agradable y cuidado.
Nos fuimos con pena de este Bierzo, origen de algunos de nuestros compañeros, que    nos recibe con una agradable sensación de un vergel primaveral.

         A estas alturas del curso, es de justicia reconocer el trabajo, la experiencia y el buen hacer del cronista oficial, el que suscribe sólo es un simple  sustituto  que ha tratado   de cumplir con el encargo.

         Es una obligación agradecer la labor de quienes han programado y han dado ejemplo con su presencia en todas las salidas, un trabajo organizativo poco vistoso pero fundamental para  las salidas sean agradables.

         Esperemos que el curso próximo, el grupo siga disfrutando de la naturaleza  y de la compañía de otros miembros que siempre serán bienvenidos. 

         En León, a 30 de junio de 2016, cuando algunos comienzan a disfrutar de unas merecidas vacaciones y otros hace tiempo que las merecieron.

URBANO

lunes, 13 de junio de 2016

Ruta 25. Curso 3º. Pico Meloíta.


RUTA 25. CURSO 3 º
PICO  MELOÍTA
Fecha: 29-5-2016

Componentes de la expedición:
Antonio, Mariví, Elisa,  Goyo, Queti, C. Felipe, Miguel Ángel, Cesar, Guti y la perrita Blacky.



            La ruta del día 29, ascensión al Pico Meloíta, en realidad, comenzó la noche del día 28.  Los auspicios meteorológicos eran sumamente adversos e hicieron que la marcha programada para el sábado se retrasase para el domingo.

            No obstante, la mayoría de los montañeros, algunos con compromisos previos se excusaron, hicieron una “quedada” en la amplia y cómoda mansión de César  y Guti para ver la final de la “Champions” entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.

            Alrededor de unas sabrosas tortillas que César cocinó con esmero, de crujientes croquetas, de deliciosas setas, de placenteras tartas….., todo ello regado con los buenos vinos y las frescas cervezas de la confortable posada, ¡GRACIAS CÉSAR y GUTI¡, contemplamos el mítico partido mientras oíamos repicar, en la calle, las gruesas gotas de la incesante lluvia.

            El partido fue un tanto aburrido, ni las efímeras caladas a los inusuales cigarrillos fueron capaces de desatar las risas, pero  tuvo dos ganadores.  Por una parte, el Real Madrid que ganó el partido, por la mínima, a los penaltis. Por otra parte, Goyo que se llevó la “porra”. ¡Ojalá le sirva para amortizar las deudas que tiene con su hijo pequeño¡
           
            El día 29, con un día nublado y gris, no acorde con la estación primaveral,   después de haber tomado el típico café matinal en un bar cercano a la ermita del Buen  Suceso, para amortiguar la resaca de la noche, decidimos subir al pico El  Meloíta.


            La lluvia respetó nuestra subida, por la cara sur del pico. Hubo tiempo para charlar, para identificar setas, para observar el paisaje antes de coronar la ascensión. No fue una ruta dura, fue la apropiada para el día. Fue, más bien,  corta y cómoda  porque la niebla, la llovizna y los resbalones  hicieron que nuestros guías desistieran de que coronáramos, también, el pico Prado.



            Después de coronar, iniciamos la bajada por una canal pindia, llena  de piedras sueltas y húmedas que, a pesar del cuidado, nos hacían sentar. Hacia media pendiente, nos detuvimos para admirar el escondido y acicalado nido de un coloreado pajarito que, ante el trepidante ruido de las piedras, abandonó los azulados huevos que, con suavidad y esmero, calentaba.

            Mientras comentábamos las maravillas de la naturaleza, un traspié de Miguel Ángel le llevó a pelearse con las  sueltas rocas. Estas, impetuosas, comenzaron a rodar cuesta abajo llevándose con ellas a Miguel Ángel que, por suerte, pudo vencer el impulso y detener la aparatosa caída. Blacky, rápida como un rayo, también esquivó las gruesas rocas que la perseguían. No fue necesario llamar al helicóptero de rescate.  Unos superficiales rasguños en la cara y la invención de una historia fantástica  para explicarlos a sus alumnos zanjaron el incidente.



            Después de un descanso en la collada para coger fuerzas, por una frondosa, aunque empinada pradera, continuamos nuestro descenso, a ritmo reposado, por el mismo sitio que lo habíamos hecho la última jornada, buscando, de nuevo,  corros de setas primaverales.

          
            Degustamos la comida y los vinos de “casa Senén” y nos despedimos hasta la próxima ruta en la que esperamos que, por fin, la primavera, Urbano y Mª Eugenia nos acompañen.

Felipe