El Tiempo en León

lunes, 29 de diciembre de 2014

ruta 10. curso 2º. El Fontañán.



RUTA 10 - 2ºCURSO.
EL  “FONTAÑAN”

Fecha: 29-12-2014

Componentes de la expedición:
Antonio,  Mariví, (la perrita Blacky), Goyo,  Elisa,  M. Ángel,  C. Felipe y Queti.




         
         ¡Hermoso día para desconectar  y alejarnos de la “movida” navideña¡

         La prudencia de nuestros guías nos disuadió de intentar subir al pico “el Faro”, sin duda cubierto por la nieve dejada por la última borrasca. Así que, sobre la marcha, cambiamos el itinerario y nos propusimos subir al “Fontañan”, pico ya conocido por la mayoría,  desde Pola de Gordón.
        
         En el pueblo de La Pola de Gordón, dejamos los coches. La mañana estaba fría, pero el cielo estaba despejado y el sol empezaba a brillar en las cumbres, así que, diezmados por las justificadas deserciones, pero animosos, hicimos la foto de salida e iniciamos la ruta hacia el “Fontañan”.

         Por una senda  bien señalizada, nos dirigimos hacia la collada de la Muesa. La pequeña subida de 100 metros hizo que desapareciera el frío mañanero y pudiésemos obtener las primeras vistas del valle.
      

  
         Continuamos la ruta por un camino vecinal  recubierto por una cenicienta alfombra de hojas y escoltado por nacarados arbustos y  robles. El camino se fue estrechando y una umbrosa senda nos condujo por un  idílico    bosque  de  hayas que conservaban en sus sarmentosos troncos el azúcar de la nevada nocturna.



         Unas veces por la umbría, otras acariciados por los rayos del sol que entre el ramaje se filtraban fuimos  disfrutando del silencio del bosque, cogiendo altura y hollando con nuestras pisadas la fina capa de nieve que iba apareciendo.

         A la salida del bosque, nos recibió, en una despejada explanada, un espléndido sol de diciembre  a cuyo amparo  hicimos un ligero receso antes de comenzar a subir el último  helado repecho.


         Aunque llevábamos los “crampones”, como la capa de nieve era escasa decidimos subir sin ellos. Escalonadamente, midiendo cada uno sus fuerzas, alcanzamos la cumbre del “Fontañan” a las 12:00 horas, tras dos horas de marcha.



         
         Después de visitar las trincheras y tomar un pequeño aperitivo a su resguardo, ya que la brisa que barría la cumbre era heladora,  hicimos la foto en la cima y emprendimos el descenso por un camino diferente  al de la subida.



         
         Cuando llegamos al bosque, con el fin de alargar un poco el recorrido, Antonio nos condujo hasta una rumorosa y preciosa  cascada de “Aguas Blancas” que conduce, por entre las heladas peñas, el agua hacia el valle.

         Al abrigo de las sombrías peñas, durante el pequeño descanso que hicimos, criticamos a “los ocupas” que han habitado en la vivienda de Mª Eugenia, comentamos  el plan  de  exterminio  que ha diseñado y cuya ejecución le está impidiendo disfrutar de esta ruta y le hicimos llegar nuestra solidaridad. Luego iniciamos, siguiendo el arroyo, el descenso hasta un amplio camino que nos condujo, de nuevo, al pueblo.

          Como nos sobraba tiempo antes de la comida, hicimos una parada en un bar de La Pola de Gordón para tomar una cerveza y, a continuación, nos dirigimos a “ casa Senén” donde  disfrutamos de la habitual comida del grupo.

         Deseándonos ¡Feliz Año Nuevo”  nos despedimos hasta el día 10 de enero  en la subida a Peña Laza
             
            C. Felipe




domingo, 21 de diciembre de 2014

ruta 9. curso 2º. El Fontún.



RUTA 9 - 2º curso
EL  “FONTÚN”

Fecha: 21-12-2014

Componentes de la expedición:
Antonio, Mariví, Goyo, Elisa, M. Ángel, Julio, C. Felipe y Queti.


Parece que, por fin, después de un largo periodo irritado, el tiempo nos sonríe.
           
         Recordando el día de lluvia torrencial que malogró la subida al pico “El Fontún”, a la vera de unas casas  del adormilado pueblo de Fontún, los expedicionarios calzan sus botas, enfundan sus cazadoras, guantes y gorros y, vigilados por los  tejados coloreados de blanco por la intensa helada,  emprenden  la ruta a las 9:30 h.

         Después de la foto de salida, en la que  la amplia sonrisa de Kety rivaliza con  el primor de la congeladora mañana, comienza la expedición.

         Un camino terrero, con  las rodadas de los tractores endurecidas  por la escarcha y los charcos  cristalizados por el hielo, nos conduce, entre la  blanquecina cencellada que nos escolta, al fulgor del sol que ya resplandece en la cumbre.

  Abandonando el camino, sonrientes, comenzamos a pisar la esponjosa y encanecida hierba persiguiendo a Julio y a Goyo que le habían dado un alocado ritmo a la marcha y nos sacaban una apreciable ventaja.         


Ascendiendo lentamente, nos acercamos a una tranquila manada de caballos que, apaciblemente, aprovechaban las escasas y resecas hierbas de las faldas de la peña y, asombrados, nos observaban.


 Al calorcillo de un sol radiante, hicimos la primera parada para desprendernos de las ropas de abrigo, solventar soterradas rivalidades, admirar el paisaje y tomar un respiro antes de acometer la pindia ascensión de la peña.



Después, a ritmo acompasado y continuo, coronamos el “Fontún” disfrutando del generoso sol de diciembre y del silencio de la montaña, solo mancillado por el rin, rin, rin…del móvil de Elisa que nos informaba que  Elena, la presidenta, iba a hacer un tramo de la ruta  con Chema y su hija Blanca y que nos esperaban en el “Senen” para comer.

Pero aún quedaba la propina, como diría Miguel Ángel, porque nuestros guías, Antonio y Mariví, propusieron subir el “Machamedio”, el pico aledaño que no  podíamos obviar.

Así que descendimos hasta media ladera para franquear  la falla que separa los dos picos. En el valle umbroso y en la ladera norte del pico “Machamedio” nos encontramos con una ligera capa de nieve helada  que nos obligó a calzar los “crampones”. Nos los pusimos todos, incluso Julio que siempre fue reacio a este tipo de artilugios, y ascendimos y coronamos cómodos y seguros el segundo pico del día.


Tras un pequeño receso para reponer fuerzas, disfrutar del sol y hacer la foto en la cumbre, descendimos, con los “crampones” puestos, recreándonos en hollar la nieve helada que adornaba la cara norte del pico.

La segunda subida desbarató un poco el horario previsto porque cuando acabamos el descenso eran las tres de la tarde y aún tuvimos que recorrer unos 3  Km, sorteando anegados prados  y  disuasorias alambradas, antes de encontrar los coches abandonados en la mañana.


Un acelerado cambio de ropa y calzado  permitió  que llegásemos a las cuatro de la tarde a casa “Senén”  donde nos esperaba Elena y su familia y una  apetitosa y ganada comida de la que disfrutamos.

Después de una animada sobremesa, tomamos un último café en “la Venta la Tuerta” y con los mejores deseos de pasar una ¡Feliz Navidad¡ nos despedimos hasta el día 29 que será la próxima salida. 

C. Felipe




sábado, 13 de diciembre de 2014

ruta 8. curso 2º. El Fontún.



RUTA 8 - 2º curso
EL  “FONTÚN”
Fecha: 13-12-2014

Componentes de la expedición: Antonio,  Mariví,  Goyo,  Elisa,   M. Ángel, Julio, C. Felipe.


         El tiempo no nos hace caso.
           
         Un nuevo día de lluvia torrencial malogra el objetivo propuesto: la subida al pico “El Fontún”.

         Los expedicionarios no se arredran y, a pesar de que la lluvia arrecia, enfundados en sus cazadoras, guantes y gorros, inician  la ruta a las 9:30 horas.

         Por el camino terrero descienden intrépidos riachuelos de agua que pronto calan el calzado. Los gruesos lagrimones que desprenden las condensadas nubes riegan las impermeables cazadoras y humedecen los guantes y los gorros.

 Los impasibles  viajeros siguen ascendiendo por el pindio y cenagoso camino. Cuando llegan a una altitud aproximada de 1300 m, el agua se transforma, para su consuelo, en  suaves  y albos algodones que van revistiendo el suelo de una  nívea y esponjosa alfombra que, entusiasmados, mancillan.

         Cuando llegan a la collada que separa el valle de Villamanín del de Valporquero, deciden los expedicionarios no exponer la vida en un peligroso ascenso e inician un rápido descenso.

         Después de tres horas de acoger la lluvia y la nieve, alcanzan el pueblo de Fontún, se cambian las empapadas prendas  y deciden “poner al mal tiempo buena cara” y dedicar el resto del día al tapeo  y  el buen  yantar.

         El “Ezequiel” primero  y el “Senen” después, para la comida,  nos acogen como siempre con los brazos abiertos.

C. Felipe

sábado, 22 de noviembre de 2014

ruta 7. curso 2º. El Faro, o mejor río Aller



RUTA 7 - 2º curso
EL  “FARO” o mejor “RÍO ALLER”.

Fecha: 22-11-2014

Componentes de la expedición:
Antonio,  Mariví,  Goyo,  Elisa,  C. Felipe, Mª Eugenia, Rocío, Fernando y  (la perrita Trufa). 



             Madrugón de fin de semana. Con las luces de las farolas aún reluciendo, emprendemos el viaje matutino hasta el puerto de “Vegarada” con el fin de coronar  el pico “El Faro”. Calentamos motores tomando el primer café en La Vecilla  y allí, tras consultar las previsiones meteorológicas, empiezan las primeras dudas. ¿Merecerá la pena el esfuerzo de la subida con la densa niebla y la llovizna que vaticinan?.

         Los más lanzados opinan que hay que arriesgarse que,  aunque  de mañana la niebla es espesa, hacia mediodía, cuando hayamos alcanzado la cumbre, despejará y las hermosas vistas compensarán el esfuerzo.

Se aplaza la decisión para cuando lleguemos a “Vegarada”.



En “Vegarada”, la niebla y la llovizna son persistentes, así que decidimos cambiar la ruta.

Con la pertinaz llovizna azotando nuestros rostros, iniciamos un recorrido inverso al acostumbrado, descenso – subida.





















La constante bajada del puerto de “Vegarada”, en dirección a Asturias, nos condujo, mientras  observábamos el cercano paisaje otoñal de los árboles cercanos e intuíamos  otros magníficos paisajes ocultos entre la tupida niebla, al pueblo del “Río Aller”. Después de  dos horas de rápida bajada, pudimos tomar un calentito café en el bar de este   pueblo asturiano y confraternizar con los parroquianos del lugar.


La lluvia y la niebla  se mantenían y debíamos subir todo lo que bajar habíamos, que no era poco. Así que, con  paciencia  y sufrimiento,  ascendimos los 800 m de altura que nos separaban de los coches y del puerto de “Vegarada”.



Hacia las tres de la tarde, finalizó la larga e inesperada incursión en campo astur.

Para resumir, niebla-llovizna-niebla-llovizna-niebla………………


Por favor ¡que el tiempo nos sea más propicio, en la próxima…….¡


C. Felipe


sábado, 8 de noviembre de 2014

ruta 6. curso 2º. El Polvoreda o Correcillas.



RUTA 6 - 2º curso
EL  “POLVOREDA”  o  “CORRECILLAS”
Fecha: 8-11-2014

Componentes de la expedición:
Antonio, Mariví, Goyo, Elisa,  Queti, M. Ángel, C. Felipe, Mª Eugenia,  Ricardo, Julio.



            No hay mucho que contar de la subida al “Correcillas”.

 El día se despertó  lacrimoso  y  nebuloso. Nuestros guías mostraron sus dudas, durante el matutino café, sobre la conveniencia de acometer la subida en tan adversas condiciones meteorológicas, pero la valentía y empuje de “los de Cubillas” ganó la partida.



Tomada la decisión, nos aplicamos el refrán de “al mal tiempo, buena cara”  e iniciamos la ruta desde el pueblo  que se asienta a su ladera “Correcillas”. Subiendo por  el Valle de Santiago,  por un camino  ancho y transitado, pero húmedo y cenagoso, llegamos al Collado de Santiago.



A pesar de las pésimas predicciones meteorológicas,  la lluvia nos respetó un buen rato, aunque tuvimos que caminar envueltos en una tupida niebla que impedía la visión.  Cuando dejamos el camino que conduce a Rodillazo y comenzamos la verdadera ascensión, aparecieron las primeras briznas de nieve  que, impelidas por el viento nos azotaban y que nos cortejaron toda la ascensión.



El pico, escondido en la espesa niebla, era el señuelo que  debíamos descubrir y alcanzar. Así que, perdidos en la niebla, subimos, anclando bien las botas al suelo para evitar los  previsibles patinazos, hasta alcanzar, para sorpresa de Mariví, la primera en encontrarlo, el punto geodésico que  indicaba que estábamos, sin darnos cuenta en la cumbre.

Ricardo y Quety, que habían superado la prueba de la ascensión con gran  valentía, no obtuvieron, como recompensa al esfuerzo, la majestuosa visión panorámica que desde aquí se observa.  El viento, la nieve y la niebla nos expulsaron, apenas hecha la foto, de la cumbre. 


Con la esperanza de  que el tiempo sea propicio la próxima vez y podamos disfrutar  de espléndido paisaje, emprendimos el descenso.




Una vez sorteadas las resbaladizas peñas y resguardados de la molesta ventisca, nos detuvimos para tomar un  ligero tentempié. Sin pérdida de tiempo, culminamos el descenso y, ante las indicaciones de unos y las dudas de otros, comenzamos a caminar por el valle que, presumiblemente, nos llevará al camino de vuelta. Después de pasear  más de media hora,  de  saludar a los eremitas  equinos  y de buscar imaginarias setas, Antonio  se mosqueó y  decidió que debíamos dar la vuelta porque estábamos en el camino equivocado. No es de extrañar ya que la niebla lo invadía todo y no se veía ningún punto de referencia.

Sin nada que objetar, confiados en su experiencia y conocimiento de la montaña, tornamos sobre nuestros pasos y desanduvimos lo andado. La pronta aparición del río fue el referente que le ayudó a encontrar el camino de vuelta. ¡Nada comparable como unos buenos guías ¡

Recuperado el sendero, con pies ligeros, abordamos el recorrido que nos separaba de Correcillas. La intensiva lluvia  anunciada enmudeció las cuerdas vocales. Los gorros y chubasqueros forraron los cráneos. Las botas empapadas chapotearon por los charcos. Los guantes humedecidos congelaron las manos  y, chorreando como patos, arribamos en el pórtico de la iglesia de Correcillas.

Adueñándonos de la galería de una desierta casa, cambiamos nuestras empapadas ropas y, a las cuatro de la tarde, con frío y hambre, nos encaminamos a Coladilla.



La sopa calentita, el suculento cocido aliñado con sabrosa verdura, el chorizo, el tocino, la carne de chivo, el vino y los postres autóctonos fueron unos formidables reconstituyentes de  un día  un tanto aciago.



          Para finalizar la jornada, en S. Feliz de Torío, con la sorpresiva y agradable visita de nuestra presidenta Helena, de la lesionada Cloty y de la enamorada y currante Nicoleta, celebramos una improvisada asamblea del Club.  La asamblea sirvió, para que  Ricardo firmase la prórroga del permiso a Helena y para que Helena consiguiese la rectificación de la nota final del curso pasado. Según los Antonio y Mariví, responsables guías y evaluadores, se RECTIFICA la nota y se le da UN APROBADO. 



Helena, después de hacerle la pelota a M. Ángel,  ya que sabe que es el “portavoz” de la oposición y agradecerle el haber sido su "guardia" y "custodia" en la ruta del Lago de Sanabria, se compromete a integrarse definitivamente, después de  su jubilación, en el Club y a programar rutas alternativas, de menor dificultad, para los/as amantes del senderismo.


De todo lo cual, como escribano, doy fe.

 Felipe