RUTA 14. CURSO 4º.
PICOS DE EUROPA DESDE ASTURIAS.
Fecha: 21 y 22-08-2017.
Componentes
de la expedición: María Eugenia, Miguel Ángel, Queti, Elisa, Goyo, Mariví, Antonio, Asun y Urbano.
Hasta ahora habíamos visto
Los Picos de Europa de lejos, en esta ocasión disfrutamos de dos días para
movernos por ellos desde su vertiente asturiana.
Se madrugó para aprovechar el
día y por el camino nos sorprendió una
niebla a la altura de Langreo que poco a poco fue sustituida por un cielo
limpio y claro. Todos esperábamos que en los Lagos de Covadonga nos sonriera el
sol, y así fue. Después de alguna confusión en aquel amasijo de carreteras,
llegamos a los pies de Covadonga y de los Lagos. El Principado de Asturias
tiene bien organizada la visita, a partir de cierta hora hay que subir andando,
en bici o en autobuses, el viaje de ida y vuelta cuesta 8€, un buen negocio
para la Empresa Alsa si tenemos en cuenta la cantidad de gente que se desplaza
por aquellos parajes.
El primer tramo de la ruta,
desde la parada del autobús hasta donde
ya no se podía avanzar más en coche, lo realizamos en una furgoneta alquilada, un
viaje un poco rocambolesco a causa de los baches que el conductor no ponía
ningún interés en evitar, como si desease deshacerse cuanto antes de la carga.
Durante
el segundo tramo, que finalizaba en el Albergue de Vegarredonda, y cuando las fuerzas estaban más enteras, María
Eugenia nos fue contando sus aventuras recientes en Etiopía, cosa que nos
alivió el trayecto y cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos descansando en
la explanada del albergue. Allí pudimos relajarnos un poco, refrescarnos en la fuente y
llenar nuestras cantimploras. Se
agradece que haya estos establecimientos donde se puede disponer de comida y
bebida a precios razonables.
La
ascensión hasta el Mirador de Ordiales era el último tramo de la ruta. Sin
pérdida de tiempo, proseguimos, más bien algunos prosiguieron el camino, mientras
otros ya nos dimos media vuelta y regresamos hasta la parada del autobús
contemplando el paisaje y envidiando la tranquilidad de la que disfrutaban las
vacas que poblaban aquellos parajes. Nos llamó la atención lo bien cuidadas que
estaban las cabañas que antiguamente servían de refugio a los pastores, y como
el negocio es el negocio, hoy son una fuente de ingresos, se alquilan a quienes
desean pasar un tiempo respirando el
aire de la montaña y despertarse con el bucólico sonido de los cencerros de las vacas.
Los
que subieron hasta el mirador de Ordiales pensaban llamar a la furgoneta para
hacer el último tramo de vuelta, pero la falta de cobertura telefónica les jugó
una mala pasada y tuvieron que hacer todo el recorrido andando excepto una
persona que, viendo que podía sacar provecho del trasiego de coches,
disimuladamente fue quedando rezagada al mismo tiempo que aparentaba una ligera
cojera. La argucia no tardó en dar su fruto, una inocente pareja francesa dio
marcha atrás y la recogió. Algunos cuentan, con envidia, que ante el interés de
los samaritanos por aliviar el cansancio de sus compañeros, ella comentó: “Allez, allez, ils sont très forts”,
mientras les decía adiós con una sonrisa de oreja a oreja.
Finalmente
todo el mundo llegó el hotel “Principado de Europa” y después de tomar un agradecido
baño, buscamos un lugar en Arenas de Cabrales donde llenar el estómago a base
de ricos pinchos. Nos recogimos pronto
porque al día siguiente había que volver a caminar.
Amaneció
un día tan apropiado como el anterior para el senderismo y, después de
desayunar, nos dividimos en dos grupos.
El primer grupo eligió una ruta más sencilla,
de Puente Poncebos hasta Bulnes. (También en Puente Poncebos empieza la “Senda
de la ruta del Cares”, una travesía interesante de 18 km, paralela al Cares que
acaba en Caín). El camino es estrecho y con cierta dificultad, uno se imagina
lo difícil que sería para los habitantes de este pueblo, subir o bajar cargados
con el material necesario para su subsistencia, por una senda peor que la
actual donde en determinados tramos se nota la mano del hombre. A la ida a penas nos cruzamos con gente, despacio
y con sombra es llevadera; la vuelta ya fue otro cantar, parecía una romería,
cada poco había que ceder el paso porque la senda es estrecha. Nos sorprendió
la subida de una persona ciega. Actualmente a Bulnes también se puede subir en
un funicular que, como no podía ser
menos, administra la omnipresente empresa Alsa.
Este
pueblo de montaña ha perdido su encanto, las cuatro casas que lo forman son
restaurantes, el negocio ha invadido estos lugares, (¡qué pena no haberlo conocido
antes!) claro que si no fuera así el pueblo posiblemente estaría abandonado y sus casas derruidas.
El
otro grupo, más numeroso y ambicioso, partió desde Sotres a conquistar el Picu
Urriellu. En vanguardia, Elisa y, en retaguardia, Queti. Todo controlado por
las hermanas Conde. ¿Lo lograrían? La
duda ofende, la Voz de Asturias nada
dice sobre el asunto pero ya se sabe que las grandes gestas no necesitan
pregonero. Hay constancia de que llegaron hasta el albergue Vega de Urriellu, más arriba es posible que
las cámaras fotográficas debido a la niebla no tuvieran cobertura. Sea como
fuere, se les vio, caída la tarde, celebrando una espicha muy animados.
En León, a 1 de septiembre de
2017, cuando el personal anda sacando punta al lápiz, que el curso está a la
vuelta de la esquina.
Urbano