CURSO 2017-2018
RUTA DEL ALBA O LAS FOCES DEL LLAÍMO.
Fecha: 07-10-2017.
Componentes
de la expedición: Mercedes Huerga, Ana Isabel, José Antonio López, Ana, Elisa, Goyo, Miguel Ángel, Mª Eugenia,
César Trobajo, Guti, Conchi Cabañero, Arturo, Cloti, Fátima, Manuel, Nicoleta,
Julio, Lola, Queti, Mariví, Antonio, César Felipe, Ángel Martín, Ordás, Asun, Urbano y
nuestra inseparable Blacky.
Sigue
el buen tiempo con sus buenas temperaturas,
La idea inicial era reunirnos a las 8:30 horas en el
bar Mirasierra de Puebla de Lillo para tomar café pero, como estaba cerrado,
lo hicimos en el Madrid.
Esta vez el grupo era más numeroso, nos juntamos
veinte personas y otras seis que decidieron ir por carreteras más cómodas
Pasado Cofiñal
y el puerto de las Señales, nos encaminamos a Asturias por el puerto de Tarna; nos
recibió un día luminoso y caluroso, presagio de que íbamos a disfrutar con la
ruta elegida.
Llegamos
sin dificultad a Soto de Agües y sin pérdida de tiempo comenzamos la Ruta del
Alba, así llamada porque discurre paralela al río del mismo nombre que separa
los pueblos de Soto y Agües. Es un antiguo camino de pastores y
arrieros que comunicaba el concejo de Sobrescobio con el vecino concejo de
Aller; posteriormente esta vía sirvió para la evacuación del hierro procedente
de la mina Carmen, en pleno monte de Llaímo, todavía se ven restos de su
antiguo lavadero.
El primer tramo era amplio, llano y asfaltado, bordeado
de avellanos, hayas y castaños que ya
estaban desprendiendo su fruto; al sol le costaba atravesar el tupido enramaje;
era impresionante cómo a veces estos árboles introducían sus raíces entre grandes
piedras; todos, en medio de la humedad y la umbría del ambiente, íbamos bien abrigados.
Cuando llegamos a una encrucijada de caminos, donde en pleno verano debe funcionar un "chiringuito", como el
ejercicio nos había despertado el apetito y algunos andaban rezagados, hicimos
un pequeño descanso y tomamos un pequeño tentempié.
El final de nuestra excursión, que no de la ruta,
acabó en un prado donde, aposentados sobre unas mesas, descansamos y volvimos a
tomar otro tentempié.
Satisfechos de la caminata, una vez desandado el camino, sólo nos quedaba reponer
fuerzas para lo que elegimos el restaurante Puerta de Arrobio donde comimos en agradable
compañía y conversación.
Es interesante que de vez en cuando se programe una
ruta de escasa dificultad para animar a los que tienen un poco de respeto a las
que revisten cierta dificultad, no mucha porque los asiduos tampoco estamos
para muchos trotes.
En León, a 1 de noviembre 2017,
embargados todos, cuando escribo esto, por la pena al haber recibido
la triste noticia de que un accidente se ha llevado al padre de nuestras
compañeras Elisa y Queti. Nuestro aliento para seguir adelante.
Urbano