RUTA 18. CURSO 3º
RUTA PEÑA VALDORRIA
Fecha: 30-03-2016
Componentes de la expedición: Antonio, Mariví, Elisa, Queti, C. Felipe, Urbano y la perrita Blacky. Nos acompañaron moralmente, y es digno de
agradecer, Goyo -preparando el ágape del domingo-, Miguel Ángel -no se debe dejar el trabajo para el último
momento, a riesgo de caer en la procrastinación- Mª Eugenia, Fernando, César
Trobajo, Guti, Julio, Nicoleta, Victorino y Marisol.
Esta ruta estaba prevista el día
anterior pero las condiciones climatológicas aconsejaron retrasarla.
Después de disfrutar de una escapada al
extranjero o desfogarse en la nieve en estas vacaciones de Semana Santa, y
antes de comenzar el trabajo cotidiano,
nos reunimos en la Estación de Matallana sin un plan preestablecido. Tomamos un
café y comentamos la peripecias vacacionales antes de decidirnos a probar
nuestros músculos subiendo, nada menos, que hasta Peña Valdorria. En el primer tramo
fuimos alternando los senderos de la montaña y
la carretera. La pendiente era pronunciada, y más que se nos iba a
poner.
Llegamos a la base y tuvimos que rodear un
buen trecho hasta encontrar el hueco
por donde subir más cómodamente. El sol a penas quiso acompañarnos y , de vez
en cuando, unas ráfagas de viento nos sacudían. En el último trayecto la nieve nos estaba esperando, y aunque no
hicieron falta los crampones, sobre todo porque no los habíamos llevado, a veces nos atollábamos más allá de los
corvejones.
Cuando hicimos cumbre nos recibió un
frío helador así que comimos nuestro bocadillo y bajamos lo más rápido posible.
El descenso fue un poco más agradable, algunos aprovecharon para deslizarse
sobre la nieve y hasta el sol esquivo nos hizo un guiño de vez en cuando. En el
pueblo de Valdorria aprovechamos para ver unos murales que reflejaban los picos
del contorno y leer un relato que Julio Llamazares hacía del paraje. Por
cierto, aquello estaba desierto y no pudimos disfrutar de la hospitalidad de
los Valdorrianos.
La comida fue en un restaurante lindante
con la carretera, en Nocedo. Francamente no fue de nuestro agrado. Como
algunos tenían algunas obligaciones que cumplir, a las cinco despedimos la
reunión y cada mochuelo a su olivo.
El lugar es adecuado para realizar otras
actividades, por eso volveremos el sábado a recorrer el Valle del Curueño.
León, a 30 de marzo de
2016.
URBANO