RUTA 4. CURSO 4º
SIETE FUENTES EN LA TIERRA DEL VINO (GORDONCILLO)
Fecha: 05 -11-2016
El presumible mal tiempo nos empujó
a cambiar la ruta y decidimos permutar Las Fuentes del Sil por las de
Gordoncillo, pueblo que ha sabido evolucionar desde una agricultura de secano a
las plantaciones modernas de viñas. La Cooperativa Bodega Gordoncello tiene 205 ha de viñedo de las variedades Prieto Picudo, Tempranillo, Mencía, Verdejo y Albarín. Se encuentra englobada en la denominación de origen Tierra
de León y su marca principal es "Peregrino"
en los diferentes tipos de vino tinto,
rosado y blanco.
Es interesante resaltar que esta cooperativa tiene dos rutas guiadas relacionadas con el vino y su entorno. Todos estos datos y fotos sobre ella se pueden consultar en la página web: http://www.gordonzello.com/
Es interesante resaltar que esta cooperativa tiene dos rutas guiadas relacionadas con el vino y su entorno. Todos estos datos y fotos sobre ella se pueden consultar en la página web: http://www.gordonzello.com/
Nos reunimos en el Bar de Rosa de
Valencia de D. Juan donde tomamos café acompañado de un trozo abundante de
mazapán que nos supo a gloria.
Enfilamos la carretera de Valderas
y, antes de llegar, nos desviamos hacia
Gordoncillo, donde esperamos a que dejara de llover.
Como era la primera vez que
hacíamos esta ruta, tuvimos alguna dificultad en encontrar la primera fuente,
que resultó ser La Fuente de la Mora. Intentamos descubrir dónde estaba la siguiente,
pero no dimos con ella; sin embargo, como la lluvia parecía respetarnos,
seguimos andando un buen trecho por aquella planicie de tierras ya cosechadas
donde los caminos, las linderas, los árboles o cualquier motivo improductivo
escaseaban, seguramente a consecuencia de la concentración del terreno en manos de unos pocos.
Se iba acercando la hora de reponer fuerzas y dirigimos los pasos hacia
Gordoncillo. Todavía tuvimos tiempo de pararnos en la fuente del Tío Barreñones
y en la de Segis Riol, muy bien cuidadas,
con un entorno que incitaba al descanso y a la charla, y donde, por las
ganas, nos hubiéramos quedado más tiempo.
Cansados pero satisfechos, llegamos a Gordoncillo. Allí nos
cambiamos pensando en el bacalao que íbamos a degustar en Valderas y donde nos
esperaba Antonio que como alumno
aplicado, había estado haciendo prácticas para sacar el permiso de conducir motos de mayor cilindrada que la
Mobylette que ahora pilota.
Como siempre, nuestra esperanza de
comer bacalao en “El Gatito” se frustró; tiene demasiada fama y sobrada gente esperando
un sitio libre. Contentándonos con el otra vez será, nos dirigimos al Restaurante
Zoilo donde degustamos un bacalao al ajillo, bien cocinado y abundante, regado
con vino Prieto Picudo de los cosecheros locales.
Esta vez, como es costumbre, no
concretamos la próxima salida pero seguimos con la ilusión de encontrarnos de
nuevo dentro de quince días para realizar una nueva ruta.
Urbano.
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