RUTA 10. CURSO 4º
PICOS REDONDO Y CUERNA.
Fecha: 11-03-2017.
Componentes
de la expedición: Elisa, Goyo, Mariví, Antonio, María Eugenia, Queti, César Trobajo,
Miguel Ángel, Urbano y nuestra inseparable Blacky.
A las nueve, café en los Argüellos, una casa rural situada a
la entrada de Lugueros, mirando al Bodón que, en la anterior salida, la nieve y
la sensatez nos hizo dejar el intento de llegar a su cima para mejor ocasión.
Nos encontramos en el ayuntamiento de Valdelugueros que con
sus doce pueblos se halla ubicado en la Montaña Central de León y, como bien
nos informó César Trobajo, existe como ayuntamiento pero no como pueblo. La
casa consistorial está en Lugueros.
Partimos hacia Villaverde de la Cuerna donde comenzamos la
aventura. Su iglesia se quemó en la
Guerra Civil y hoy, que tiene una nueva, no tiene cura viviendo en el pueblo, aunque ha dejado
su teléfono, por si alguien requiere sus servicios, en el marco del tablón de
anuncios. De sus veinte habitantes,
sólo vimos a una persona; suponemos que alguna más habría a juzgar por el humo
de las chimeneas.
Nada más comenzar la caminata se nos unió un juguetón pastor
alemán que estuvo con nosotros durante toda la travesía, para “alegría” de
Blacky, con el disgusto de Mariví y la satisfacción de Queti.
Comenzamos el recorrido en una senda ancha que comunica
Villaverde con Puebla de Lillo. Al llegar al pando de Valporquero tomamos
orientación sur para iniciar la ascensión al Pico Redondo. Una subida no muy
exigente. Ya cerca de la cima, que se halla a 2129m, estaba nevado. Descansamos unos momentos mientras contemplábamos, en la
ladera contraria a nuestro ascenso, cómo se deslizaban los esquiadores de la
estación invernal de San Isidro, situada en los paraje de Requejines. Desde aquí, deslizándonos por la nieve, nos fuimos hasta
la cima del Pico Cuerna, que está a un
tiro de piedra.
La primavera está tan cerca que las primeras flores comienzan
a despertar del largo letargo en el que las sumerge el frío invierno
Realizamos el descenso en el que pudimos observar algunas
piedras formadas por mineral de hierro, la nota anecdótica la dio algún miembro
que se despistó y por unos momentos le dimos por perdido.
En el último tramo volvimos a bajar paralelos al reguero Fargas, que venía con un caudal
abundante debido a los deshielos.
Con
ganas de hincar el diente por el
ejercicio realizado, nos dirigimos al restaurante El Aprisco de Redipuertas.
Allí, en animada conversación, dimos cuenta de unos platos de la cocina casera argollana (típica de los argüellos) y tradicional.
Para
realizar una buena digestión, visitamos una de las cascadas del rio Faro
llamada “El Saltón”, de muy fácil acceso.
No lejos
de aquí se halla el Pico Faro, que dio nombre a este grupo por ser el objetivo
de la primera salida realizada.
En León, a 26 de marzo de 2017, cuando nuestro sufrido
compañero Goyo se ha defendido de los
empujones, pisotones y golpes bajos que supone realizar la media maratón, no le
preguntaremos en qué lugar entró porque
la duda ofende, vamos a dejarlo en el primero o similar.
Urbano.
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