RUTA 17. CURSO 3º
RUTA LOS MONASTERIOS DE SAN MIGUEL DE ESCALADA Y GRADEFES
Fecha: 13-02-2016
El Puente Villarente fue el lugar de encuentro y de planificación. Tomando un café decidimos visitar los monasterios de Gradefes y San Miguel de la Escalada.
Gracias a los vastos conocimientos de Fernando nos enteramos de su historia, un monasterio del siglo X, estilo mozárabe y fundado por monjes cordobeses que con ayuda
Componentes de la expedición: Antonio, Mariví, Elisa, Goyo, Queti, C. Felipe, Miguel Ángel, y (La perrita Blacky) en el inicio de la ruta. Se sumaron a la comida y luego a la visita del monasterio de San Miguel de Escalada Fernando, Victorino y Marisol.
El día amaneció entre nubes y claros, con
la amenaza de que en cualquier momento la lluvia hiciese acto de presencia. Como
así fue.
El Puente Villarente fue el lugar de encuentro y de planificación. Tomando un café decidimos visitar los monasterios de Gradefes y San Miguel de la Escalada.
Aparcamos los coches en el pueblo de San
Miguel y, dejando a un lado la desviación hacia el monasterio, nos dirigimos a
pie hacia Gradefes, a veces por caminos encharcados y cuando no había más
remedio, por la carretera.
Sin darnos cuenta, llegamos a Gradefes donde repusimos fuerzas mientras contemplábamos y comentábamos la vida enclaustrada de monasterio. Después, visitamos la Iglesia del monasterio, sobria, sin motivos ornamentales, invitando a la oración en el silencio, dejamos para otra ocasión el resto.
A la vuelta, las nubes se volvieron más amenazadoras hasta que un intenso chaparrón nos cogió ya cerca de San Miguel. El buen samaritano de Goyo había tenido la precaución de adelantarse y nos libró de parte de la nubada.
Sin darnos cuenta, llegamos a Gradefes donde repusimos fuerzas mientras contemplábamos y comentábamos la vida enclaustrada de monasterio. Después, visitamos la Iglesia del monasterio, sobria, sin motivos ornamentales, invitando a la oración en el silencio, dejamos para otra ocasión el resto.
A la vuelta, las nubes se volvieron más amenazadoras hasta que un intenso chaparrón nos cogió ya cerca de San Miguel. El buen samaritano de Goyo había tenido la precaución de adelantarse y nos libró de parte de la nubada.
Como
se acercase la hora sagrada de la comida, pusimos rumbo hacia Santa Olaja de
Eslonza. Allí se nos unieron tres comensales más, Fernando, Victorino y Marisol. Ya en la mesa, un voto de diferencia nos
inclinó hacia el cocido frente a las patatas con pulpo; aunque al final se compartió todo
amigablemente.
Repuestas las fuerzas, nos acercamos al
monasterio de San Miguel de la Escalada que, debido a la falta de interés de las
autoridades, que deberían velar porque
las visitas fuesen atendidas como se merecen, estaba cerrado y nos tuvimos que
conformar con la visita de los exteriores.
Gracias a los vastos conocimientos de Fernando nos enteramos de su historia, un monasterio del siglo X, estilo mozárabe y fundado por monjes cordobeses que con ayuda
de la monarquía asturiana impulsaron la
repoblación de aquellos parajes.
Nos sorprendió que en el exterior de las iglesias mozárabe y
románica se hayan dejado a la
intemperie, sin el más elemental signo de protección, restos del monasterio
descubiertos hace pocos años; la desidia
de quienes han de velar por nuestro patrimonio histórico sigue
aumentando hasta cotas alarmantes.
La presencia de la lluvia nos obligó a
despedirnos hasta la próxima salida.
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